sábado, 28 de mayo de 2011

La importancia de cuidar el hogar en vacaciones

Descansar y olvidarnos de las preocupaciones. Eso es lo único que queremos cuando salimos de vacaciones. Pero, ¿cómo podemos estar tranquilos sabiendo que pueden robar en nuestra casa? Las urbanizaciones y las casas del entorno también quedan con menos gente y esta situación es aprovechada por ladrones para hacer robos, pequeños hurtos, etc.

La mayoría de las personas olvidan que, cuanto más tenga que trabajar un ladrón, menor será la posibilidad de que realice el robo. Hay que considerar el grado de dificultad que encontraríamos al forzar la entrada desde el exterior de la vivienda, o sencillamente, si perdiésemos las llaves, qué dificultades tendríamos para entrar en nuestra propia casa.

Para no encontrarnos sorpresas desagradables a nuestra vuelta de las vacaciones, debemos tomar unas medidas destinadas a asegurar nuestra casa y ya podemos disfrutar totalmente de nuestras vacaciones.

Siempre, cerrar las puertas
Puede parecer una obviedad, pero muchos olvidan una regla básica. Hay que cerrar tener las puertas de la vivienda aseguradas con un cerrojo de alta calidad. Los cerrojos pueden soportar la acción de una palanca y golpes que las cerraduras normales en general no pueden tolerar.

Las puertas blindadas son más seguras. Pero si nuestra puerta no es blindada, debe tener al menos dos puntos de cierre. Las bisagras deben reforzarse con pivotes y ángulos de acero. La puerta no puede dejar ningún espacio libre con el suelo.

Precaución con las ventanas

Ya sea que Usted vive en una casa o en un departamento, en los pisos bajos, es conveniente instalar rejas en todas las ventanas, balcones y terrazas. Además, instalar cerrojos en todas las ventanas, para evitar que sean forzadas.

Proteger lugares más desprotegidos

Tomar la precaución de que los lugares menos visibles queden protegidos, como puertas y ventanas traseras, también patios ya que son una tentación a la hora de cometer un robo.

Que nunca parezca deshabitada
Pedir a amigos o familiares que se queden en su casa durante las ausencias. Si no es posible, pedirles que visiten la casa con frecuencia para recoger el correo y para encender las luces.

Los vecinos cumplen un papel fundamental, se los debe poner al tanto de nuestro viaje para que ante cualquier movimiento extraño llamen a la policía o a un familiar nuestro. Además, no bajar del todo las persianas y dejar prendas de ropa tendidas.

Por otro lado, también es importante programar temporizadores para que las luces, la televisión o la radio se enciendan periódicamente en caso de contar con ese sistema que si bien complejo, no resulta del todo costoso.

Siempre luces exteriores
La iluminación, es una de las mejores y más económicas medidas para desalentar a los ladrones. Es importante tener bien iluminados los alrededores de la casa. Siempre hay que dejar una luz encendida cerca de la puerta de entrada. Así, evitamos que pasen inadvertidos. Debemos colocar las luces fuera del alcance de la mano, de manera que no sea fácil retirar o romper las lámparas

Cerrar llaves de paso
Grifos y aparatos de gas cerrados deben estar completamente cerrados. Además, no olvidar pagar todas las facturas de gas, agua, teléfono y electricidad antes de irnos de vacaciones para evitar encontrarnos con el suministro cortado a la vuelta de nuestro periodo de descanso.

No hay que desconectar la electricidad pero sí que todos los aparatos eléctricos de la casa no estén en funcionamiento. Así, el timbre de la puerta podrá sonar cuando llamen y no sospecharán que la casa está sola.

Cosas de valor, con recaudos
No es recomendable dejar guardados objetos de valor o dinero en el interior de la vivienda si Usted piensa salir de vacaciones. Los ladrones conocen perfectamente dónde se suelen esconder estos objetos de valor.

Procure no guardar nunca talonarios de cheques con documentos en los que esté su firma. En un supuesto robo el delincuente tendrá mayores dificultades para utilizarlos si desconoce su firma.

Las llaves a resguardo
Los ladrones siempre empiezan a buscar en los típicos escondites. Hay que evitar dar a conocer nuestros datos y por lo tanto, no escribir nuestro domicilio en el llavero. Hacer un inventario de nuestras joyas y aparatos tecnológicos:

En caso de robo, podremos indicar a la policía los objetos que faltan. Si sabemos la marca, modelo y número de serie, resultará más fácil localizar mejor nuestras cosas. También dificultará su venta y facilitará el trabajo a la policía.

Instalar alarmas


Es fundamental informarse bien de cuál es el sistema que más conviene a su vivienda, así como asegurarse de que todas las personas que viven en la casa están entrenadas para utilizarlo. Un sistema de última generación no sirve de nada si se utiliza de modo incorrecto.

Como elegir una cerradura


Las cerraduras para puertas son el primer mecanismo para proteger la casa y nuestras pertenencias, existen distintos modelos, cada uno de ellos responde a diferentes necesidades y requerimientos.

Pero antes de ahondar en los detalles de estos elementos debemos definir lo que es una cerradura; técnicamente es un mecanismo de metal que puede incorporarse a puertas y cajones tales como cofres, puertas, ventanas y armarios.

El objetivo de las cerraduras es impedir que algún extraño pueda abrirlas y de esta forma sentirnos protegidos; las cerraduras para puertas funcionan de la misma forma que una cerradura común, necesita de una o más llaves para poder abrirse.

Según reportes, en uno de cada dos robos en vivienda los ladrones entran por la puerta principal. De ahí la importancia de invertir en una muy buena cerradura para convertir dicha puerta en el primer obstáculo para cualquier intruso. Los modelos blindados y las cerraduras con varios puntos de anclaje son la solución más práctica para evitar robos.

Es habitual que las puertas exteriores tengan cerraduras embutidas o en cajas, situadas en el lado estrecho de la puerta. Las interiores cuentan con mecanismos más sencillos y comúnmente se abren con una perilla, aunque también es posible instalar ahí cerraduras con llave.

La adquisición de una buena cerradura requiere de un asesoramiento previo para distinguir los materiales y el sistema de protección contra intrusos. Debes verificar la resistencia y que cumpla con todas las medidas de calidad y garantía de parte del fabricante.



Una cerradura para cada puertaElegir e instalar una cerradura implica poner atención en las necesidades que tienes y el nivel de seguridad que ofrece el producto, para ello te presentamos algunos de los modelos más comunes y su principal uso:

• Tubular.- Está compuesta por un sistema monobloc. El picaporte y la cerradura forman parte de un mismo mecanismo. Cuenta con un botón que permite cerrar la puerta desde el interior o un orificio en ambos lados para llave. Esta cerradura es habitual en el baño de la casa o en una habitación que se quiere cerrar por dentro. Eso sí, hay que tener cuidado porque el pestillo se puede enganchar y quedarnos encerrados en el cuarto.

• Embutidas o empotradas.- Se encajan en el lado estrecho de la puerta o canto. Se emplean sobre todo en puertas exteriores acorazadas, de madera o metálicas. Es el sistema más utilizado en las viviendas. Se abren mediante una manilla que se coloca en el interior y, al girar, retrae el pestillo. En el exterior queda el embellecedor, sin manilla. La principal ventaja es que no hace falta cerrar con llave para que la puerta quede bloqueada, aunque hacerlo aporta más seguridad. El mayor inconveniente es que la hoja se debilita debido a la necesidad de ahuecarla para instalar la cerradura.

• Sobrepuestas.- Cuando no es posible encajar una cerradura en la puerta porque ésta es demasiado estrecha (menos de 40 milímetros de grosor), la cerradura se coloca a la vista o sobre la propia puerta. Este sistema se utiliza comúnmente en las puertas exteriores (en un patio o jardín, por ejemplo) y se fija por el interior, que dispone de un tirador para abrir. No debilita la hoja pero el principal inconveniente es que resulta más fácil de forzar que otros modelos. Basta con quitar la cerradura, sin dañar el marco o la puerta, para que ésta se abra.

• Cerraduras de seguridad.- Puedes elegir las de embutir o sobreponer. Según las necesidades de seguridad, se colocan con un mayor o menor nivel de protección, con más o menos anclajes. Suelen contar con sistemas antiganzúa. Son cerraduras habituales en las puertas blindadas o dobles. Son muy prácticas en el hogar o en las casas de descanso, que están deshabitadas durante mucho tiempo.

• Cilíndricas.- Se emplean en las puertas exteriores, con un cilindro bombín (donde se introduce la llave) de pera o perfil europeo. Son las más frecuentes en una vivienda, pero también suelen instalarse en comercios, oficinas o edificios que exigen un nivel mayor de seguridad.

• Multipunto.- En puertas macizas o blindadas incrementan la seguridad gracias a los puntos de anclaje (de tres a cinco). Estos puntos se colocan tanto en el lateral como en la parte superior e inferior de la puerta. Así se consigue 'engancharla' al marco y dificultar el acceso de los delincuentes, aunque también será más caro abrirlas si olvidas las llaves y hay que llamar a un cerrajero. Estas cerraduras son un poco más caras.

• De Borjas.- Son más fáciles de forzar con una ganzúa, pero cuesta abrirlas con otros sistemas. Actualmente tienden a desaparecer, ya que cuando se desgastan son complicadas de duplicar y se enganchan más fácilmente.

• Electrónica o digital.- Son las más modernas. Se abren y bloquean con un código, una tarjeta o, incluso, la huella digital. Su uso todavía está limitado a edificios con medidas especiales de seguridad u hoteles, aunque también se pueden instalar en una vivienda y programarlas gracias a la domótica.